Preparados, listos YA!

Todos empiezan a correr como unos locos al empezar la carrera, como si se creyeran los mejores por superar a los demás en los primeros metros, se sienten bien, sin cansancio, vivos.

Al pasar 15 minutos, van perdiendo velocidad porque el cansancio va jugando malas pasadas poco a poco.

Al llegar a los 25 ya te duelen las piernas y vas todo colorado dando zancadas cortas y arrastradas, pero con cuidado que empezamos el camino pedregoso y se empiezan a encontrar las primeras piedras en el camino, así que las vas sorteando sin problemas.

Al llegar a los 40 no hay quien pueda mas, te cuesta andar, parece que asta te pesa el alma, con la cara roja como un tomate, sin aliento, como si te costara respirar. Ahora, ya no encuentras piedras, encuentras pedruscos, pero ya no eres capaz de saltarlos o esquivarlos, y empiezas a tropezar dos o mas veces en la misma piedra.

Después de tanto correr, ya ves la meta a lo lejos y borrosa, por lo que tanto te esforzaste, luchando durante todo el camino para no quedarte en el como los amigos que fuiste dejando. 

Corre un poco más, ya casi estás, venga, solo un poco más, tu puedes conseguirlo... ves como te acercas mas y mas y como cada vez te vas cansando mas, te empieza costar respirar, pero tu sigue, sigue, no permitas que el cansancio te arrebate el logro de conseguir lo que muchos no consiguieron por no esforzarse, no dar dedicación, no ser positivos, no mentalizarse que pueden conseguir lo que quieran si realmente lo quieren o solo es el ser avaricioso.

Por fin pasé la línea de meta, al cruzarla, me sentí vivo, sentí que todo el esfuerzo mereció la pena, se me pasó el cansancio y el no respirar, me sentí libre, me sentí poderoso, me sentí alguien que puede conseguir lo que quiera si realmente lo quiere.